“A pesar de la gravedad de sus heridas, Godfrey logró sobrevivir la noche. Después de una larga y compleja cirugía, le amputaron la pierna y la cola, y fue castrado. Además, tuvo que enfrentar la epilepsia, pero con cuidados y medicamentos, pudo llevar una vida normal. Su herida requería atención constante, y debía ser limpiada con pañales, pero con el tiempo, finalmente sanó.”
“A pesar de todo lo que atravesó, Godfrey mantuvo su amabilidad y cariño. Tenía un buen apetito y su comportamiento era ejemplar tanto con las personas como con otros perros e incluso gatos. Aunque necesitaba perder peso por razones de salud, siempre mostraba alegría y nunca se sentía triste ni deprimido.”
Después de muchos meses de cuidados y recuperación, Godfrey finalmente fue adoptado y encontró su felicidad para siempre. Fue un verdadero perro milagroso que sobrevivió a un terrible accidente y a una enfermedad difícil, y siempre será recordado como un héroe que luchó y nunca se rindió.
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