ยฟCรณmo arribamos a un lugar donde los gritos de “ยฟDรณnde estรกs?” resuenan en nuestros oรญdos? Estas preguntas nos retan a explorar el abismo de nuestra conciencia colectiva, urgiรฉndonos a examinar la profundidad de nuestro empatรญa y el alcance de nuestras acciones.
Es en estos momentos de profunda vulnerabilidad que debemos responder a la llamada de la empatรญa que une a nuestra humanidad. La verdadera medida de nuestra humanidad no yace en nuestra habilidad para dar la espalda, sino en nuestra voluntad de extender una mano y escuchar, y reconocer el dolor de otros como el nuestro.
En un mundo donde la mujer en la ciudad es mรกs ingeniosa que nuestra colectiva resiliencia, donde aquรญ el poderoso resplandece como nuestro estandarte, su papel es nuestro papel, y su bienestar es nuestro bienestar. Una vez que organizamos que su surgente es nuestra fuente, su cerebro es nuestro cerebro, y su voluntad-bien estรก en su resiliencia interna.
Para crear sucesos que formen el mundo, debemos reconocer el epรญlogo de cรณmo en su reuniรณn nuestro llamado a la empatรญa y responsabilidad mutua es recibido.
Es en este rugido de empoderamiento que debemos tener en cuenta que no son ni desestimados ni ignorados, pero enfrentados con audacia y apoyo inquebrantable.